DINERO FÁCIL




DINERO FÁCIL
JENS LAPIDUS
(Trad. María Sierra)
Ed. Punto de Lectura, Madrid, 2010


En el mundo de las ideas de Jorge, el dinero se convertía más y más en un medio, no en una meta. Un instrumento con potencial par realizar el proyecto R.
Siguiente fase: trabajarse lo de Yate Kart.
Jorge sabía lo siguiente: Radovan llevaba actividades basadas en la prostitución. Nenad era el responsable. A las chicas las traían de la antigua Yugoslavia y otros países del Este. Al más puro estilo “Lilja 4-ever”*. Además, había mujeres suecas implicadas. El burdel donde había estado Nadja era una parte de la actividad. El lugar lo gestionaban la madame, Jelena Lukic y el tío de la americana. Jorge había investigado; nombre: Zlatko Petrovic. Nadja había tenido un chulo propio o novio: el tío gigantesco, Micke. El papel de este último, poco claro. Más interesante. El burdel del piso no era el único en el imperio de putas de Radovan. Había más. Se ejercía la prostitución en sitios más elegantes con chicas más elegantes. Nadja se lo había contado: hombres suecos participaban en fiestas cuyo único objetivo era que los pobres diablos pudieran mojar. Probablemente le pagaban muy bien a Radovan. Además, al jefe yugoslavo le proporcionaría contactos y protección. El inconveniente: nada señalaba directamente a Radovan, ni siquiera a Nenad. Todos sabían quién estaba detrás pero nadie había visto nada. Con una excepción: Nadja había visto a Radovan en una de esas veladas. Tenía que encontrarla. Saber más.
Según Nadja había dos personas relacionadas con las fiestas para conseguir chicas: un tal Jonte y un tal Yate Kart.
Según Sophie: un tal Jet-set Carl; el chico de oro de Stureplan, organizador de fiestas, el fiestero número uno.
Según Jorge: los nombres se parecían demasiado para ser casualidad. Págs. 453-454

* Película sueca sobre la trata de blancas en Suecia basada en la vida y suicidio de una adolescente lituana, víctima de una red de prostitución. 

Entradas populares de este blog

SELMA LAGERLÖF poemas

ISAK DINESEN

CUENTOS DE ESCALDO: de Borges a Vikings