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Mostrando entradas de julio, 2010

SANGRE DERRAMADA

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SANGRE DERRAMADA ÅSA LARSSON (Trad. Mayte Giménez y Pontus Sánchez) Ed. Seix Barral, Barcelona, 2010 - Las ninfas de los bosques se atan los cordones de sus zapatos nuevos hechos con corteza de abedul de la más esponjosa. Es una auténtica competición de princesas. Se olvidan de todo, bailan y salen a los prados aunque pueda pasar algún coche. Desgastan el calzado mientras los pequeños duendes, escondidos entre los árboles, observan con los ojos muy abiertos. Pág. 14 - Rebecka continuó cruzándose con los grupos. Todo el mundo andaba con la cinta métrica preparada en el bolsillo. Se medían unos a otros. Se comparaban a sí mismos. Sueldo. Casa. Nombre. A quién conocían. Qué habían hecho en verano. Uno se estaba construyendo una casa en el municipio de Nacía. Otro andaba buscando un piso más grande ahora que había tenido el segundo hijo, preferiblemente en el lado bueno del barrio de Östermalm. Pág. 30 - Hablar con la gente le exigía un esfuerzo, pero estar allí sola con l

LA PRINCESA DE BURUNDI

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LA PRINCESA DE BURUNDI KJELL ERIKSON (Trad. Carlos del Valle) Ed. JP Libros, Barcelona, 2010 - Diciembre. Tiempo de oscuridad. A Rebecka le parecía que aquella oscuridad era más impenetrable que nunca. Haver no recordaba haberla visto antes tan deprimida. Había observado sus tenaces esfuerzos por conservar la máscara, pero bajo la frágil superficie anidaba la angustia otoñal, o lo que fuera, y tironeaba de la delicada membrana que cubría su rostro. Pág. 23 - Estáis en la crisis de la edad madura, esa época en la que las parejas descubren que la vida no va a mejorar. Pág. 24 - En el mundo de Ottosson había “gente decente” y “malos bichos”. La definición había perdido algo de fuerza, pues había demasiados malos bichos pululando por la ciudad. Muchos de ellos formando bancos, como Sammy señalaba una y otra vez en su trabajo con la violencia callejera. Pág. 91 - Le había comentado a Beatrice que le parecía una deslealtad para con el niño inocente, pero esta únicamente se hab

AURORA BOREAL

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AURORA BOREAL ÅSA LARSSON (Trad. Mayte Giménez y Pontus Sánchez) Ed. Seix Barral, Barcelona, 2010 - Viktor, que se negaba a cortarse el pelo y a ponerse traje. Que no aceptaba un aumento de sueldo y que hacía que Thomas mandara ese dinero a Médicos sin Fronteras. Recordaba cuando asistió a un congreso en Estocolmo hacía siete años. Lo sorprendida que estaba cuando vio a un montón de jóvenes con el mismo aspecto que Viktor. En el metro y en las cafeterías. Con gorras horribles hechas con tricotosa o a ganchillo. Con bolsas de tela al hombro. Vaqueros que les colgaban de las estrechas caderas. Chaquetas de ante de los años sesenta. La forma de andar desdeñosa. Una especie de antimoda reservada a los guapos seguros de sí mismos. Pág. 101 - Sin embargo, tu abuela, en su juventud, conoció a una chica que le daba mucha pena. Nació muy débil y, dado que creían que no sobreviviría, dejaron que el maestro de la escuela la bautizara con toda urgencia. El maestro se llamaba Fredrik no

CAMINO DE TRINCHERAS

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CAMINO DE TRINCHERAS KARI HOTAKAINEN (Trad. Ursula Ojalen y Rafael García Anguita) Ed. Meettok, San Sebastián, 2007 - Estoy sentado en el columpio bajo los manzanos, dejando que mis pies descalzos se deslicen rozando el césped. Es media tarde de agosto: la sauna está calentándose. Pronto saldrán del coche e iremos juntos a la sauna. Antes de eso daré de comer a quien me lo ha dado todo. Pág. 7 - ¿Qué es esto? Un sueño, no. Un sueño es una sensación dulce de la que se habla con tranquilidad, saboreando las reacciones del interlocutor. El sueño es un asunto interno de una familia, algo a lo que se quiere volver, aun sabiendo de que no será posible hacerlo realidad antes de que los hijos se hayan hecho grandes, más tarde, después de algún tiempo. Pág. 15 - Al final nos encontramos metidos en el atolladero de una amarga guerra de trincheras, yo mudo en el sofá del salón, y ella llorando en el cuarto de baño. Pág. 18 - Aquella primera generación, esos veteranos de guer

POR DONDE UNA VEZ CAMINAMOS

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POR DONDE UNA VEZ CAMINAMOS KJELL WËSTO (Trad. Caterina Pascual Söderbaum) Ed. Miscelánea, Barcelona, 2009 - Magda le había dicho a su hija que nunca se fiara de nadie que se perfumara la pechera y le dijera cosas al oído, ni de los golfillos que quisieran engatusarla haciendo salir champán de donde, en realidad, no lo había. Pero sobre todo, le recalcó, debía guardarse de los hombres que le juraran amor eterno y quisieran conducirla a lugares lejanos. Pág. 14 - Resultaba sorprendente que en los años que precedieron a la guerra civil una cantidad tan considerable de socialistas suecos se encontrasen en la ciudad de Abo. A menudo procedían de un estrato pequeñoburgués, eran todos obstinados y muchos de ellos poseían un temperamento acusadamente intelectual. Pág. 70 - Despreciaba a los pensadores anarquistas Kropotkin y Bakunin pero no retrocedía ante el chiflado de Charles Fourier, que proponía que los hombres vivieran en grandes cuarteles regidos por los ideales de ben