EL DOMADOR DE INSECTOS
EL DOMADOR DE INSECTOS ÁRNI THÓRARINSSON (Trad. Kristinn R. Ólafsson) Ed. Ámbar, Barcelona, 2013 - La imaginación. Habría estado leyendo algo sobre diablillos así o los habría visto en la tele. Son fantasías de alguien que se aburre consigo mismo o vive en su propio mundo. Antaño las apariciones de fantasmas eran, por supuesto, un escape psíquico para un pueblo oprimido y aislado que anhelaba alguna quimera. O en el mejor de los casos, las tomaduras de pelo o travesuras de algunos graciosos. ¿Has leído los cuentos populares islandeses? - Apenas –contesta Jóa. - Excelente literatura. No me sorprende que nuestros antepasados se entretuvieran con fabulaciones de este tipo cuando se quedaban más o menos encerrados, durante meses enteros compartiendo la soledad y la monotonía con la eterna noche invernal encima. Pág. 22 Acto seguido, suelta todos los tópicos de cómo le ha gustado estar aquí el fi