Poesía islandesa I






SUEÑO

Soñé que me encontraba en un arenal o un promontorio. Había un camino desde la punta del arenal que seguía la costa y en lo alto se veía un cinturón de rocas. (Jamás había visto ni en sueños ni despierta un paisaje más desolado). Caminé hacia el norte a lo largo de la lengua de arena, con el mar a un lado y el acantilado al otro. Vi a lo lejos a una persona que venía hacia mí. Al acercarse vi que era un hombre fornido, con una zamarra gris y un sombrero oscuro con un ala baja que le tapaba media cara. La senda era tan estrecha que nos rozamos al cruzarnos y en ese momento tuve la intuición repentina de quién era. Lo llamé entonces, porque me pareció que tenía muchas cosas que decirle. Se detuvo rápidamente, volvió la cabeza, y bajo el sombrero vi brillar sus ojos ardientes de deseo. Se me ocurrió entonces que hasta el mismo Odín sólo piensa en una cosa cuando se trata de mujeres. Y yo creí que era poeta... logré espantar el sueño y despertar... con el alma llena de rabia.

Vilborg Dagbjartsdóttir 

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