DIARIO DE UN SEDUCTOR




DIARIO DE UN SEDUCTOR
SÖREN KIERKEGAARD
(Trad. Demetrio Gutiérrez Rivero)
Alianza Editorial, Madrid, 2012

  • Los enamorados, por lo general, consideran el instante de su encuentro como lo más bello que existe en el mundo. Yo mismo recuerdo con la mayor nitidez, como si hubiera sido ayer, la primera vez que fui al lugar convenido, corriendo como un relámpago y sintiendo los latidos de un corazón tan rico como ignorante de la dicha que le aguardaba; la primera vez que di tres palmadas; la primera vez que se abrió una ventana; la primera vez que un pequeño candado de la portezuela de un jardín cedió suavemente impulsado por las manos invisibles de una joven, que se ocultó tras la portezuela al tiempo de abrirla; y, en fin, la primera vez que con mi capa tapé a una muchacha en una clara noche de verano… pág. 55

  • ¡Maldito azar, te estoy esperando conforme a mi reto! No quiero vencerte con principios, ni con eso que la gente insensata llama carácter. No, lo que quiero es crearte poéticamente. No deseo ser un poeta como los demás poetas. Muéstrate como fruto de mi fantasía poética y yo me alimentaré con mi propio poema. ¿Acaso me juzgas indigno de soñarte? Como las bayaderas que danzan en honor de sus dioses, así yo me he consagrado a tu servicio. Ágil, ligeramente vestido, flexible, desarmado y habiendo renunciado a todo. Nada poseo, ni deseo poseer nada; no amo nada ni nada tengo que perder. Con esto creo que me he hecho más digno de ti, tú que ya desde hace mucho tiempo debes de estar cansado de arrancarles a los hombres las cosas que aman, cansado de todos sus suspiros y súplicas cobardes. Pág. 65


  • Una cierta resistencia puede proporcionar mucho bien. Se lucha con entusiasmo por alcanzar lo que se ama. Y siempre se llega a conseguir aquello por lo que se combate. Pág. 117

Entradas populares de este blog

SELMA LAGERLÖF poemas

ISAK DINESEN

CUENTOS DE ESCALDO: de Borges a Vikings