JOSTEIN GAARDER






JOSTEIN GAARDER (Oslo, 1952)
Antes de dedicarse por completo a la literatura fue profesor de filosofía durante once años. En 1986 publicó una colección de relatos cortos. Posteriormente, Los chicos de Sukhavati y El palacio de la rana, aparecidos tres años más tarde, vinieron a corroborar su talento como escritor de obras infantiles y juveniles. En 1990 El misterio del solitario recibió en su país el Premio Nacional de la Crítica y el Premio Literario del Ministerio de Asuntos Culturales y Científicos. Sin embargo, el éxito y el reconocimiento internacionales le llegaron en 1991 con la publicación de El mundo de Sofía, convertido en poco tiempo en un sorprendente best-seller mundial. Gaarder, un excepcional narrador capaz de urdir tramas apasionantes, cree que enseñar filosofía a los jóvenes es una necesidad urgente porque, según sus propias palabras, filosofar significa, simplemente, tener capacidad de hacerse preguntas sobre el ser humano.





EL MUNDO DE SOFÍA
JOSTEIN GAARDER
(Trad. Kirsti Baggetun y Asunción Lorenzo)
Ed. Círculo de Lectores, Barcelona, 1995



- Para poder entender la manera de pensar de los primeros filósofos, necesitamos comprender lo que quiere decir tener una visión mítica del mundo. Utilizaremos como ejemplos algunas ideas de la mitología nórdica; no hace falta cruzar el río para coger agua. Seguramente habrás oído hablar de Tor y su martillo. Antes de que el cristianismo llegara a Noruega, la gente creía que Tor viajaba por el cielo en un carro tirado por dos machos cabríos. Cuando agitaba su martillo, había truenos y rayos. La palabra noruega “torden” (truenos) significa precisamente eso, “ruidos de Tor”. Pág. 38

- Los vikingos se imaginaban que el mundo habitado era una isla constantemente amenazada por peligros externos. A esa parte del mundo la llamaban Midgard (“el patio en el medio”), es decir, el reino situado en el medio. En Midgard se encontraba además Åsgard (“el patio de los dioses”), que era el hogar de los dioses. Fuera de Midgard estaba Utgard (“el patio de fuera”), es decir, el reino que se encontraba fuera. Aquí vivían los peligrosos trolls (“los gigantes”), que constantemente intentaban destruir el mundo mediante astutos trucos. A esos monstruos malvados se les suele llamar “fuerzas del caos”. Tanto en la religión nórdica como en la mayor parte de otras culturas, los seres humanos tenían la sensación de que había un delicado equilibrio de poder entre las fuerzas del bien y del mal”. Pág. 39

- El mito más conocido en Noruega lo conocemos por el poema “Trymskvida” (La canción sobre Trym). En él se cuenta que Tor se quedó dormido y que, cuando se despertó, su martillo había desaparecido. Se enfureció tanto que las manos le temblaban y la barba le vibraba. Acompañado por su amigo Loke fue a preguntar a Freya si le dejaba sus alas para que éste pudiera volar hasta Jotunheimen (el hogar de los gigantes), con el fin de averiguar si eran los trolls los que le habían robado el martillo. Allí Loke se encuentra con Trym, el rey de los gigantes, que, en efecto, empieza a presumir de haber robado el martillo y de haberlo escondido a ocho millas bajo tierra. Y añade que no devolverá el martillo hasta que no logre casarse con Freya. Pág. 40

- Entonces al dios Heimdal se le ocurre una excelente idea. Sugieren que disfracen a Tor de novia […] Trym levanta el velo para besar a la novia, pero da un salto del susto, al mirar dentro de los agudos ojos de Tor. También esta vez es Loke el que salva la situación. Dice que la novia no ha dormido en ocho noches por la enorme ilusión que le hacía la boda. Entonces Trym ordena que se traiga el martillo y que se ponga sobre las piernas de la novia, durante la ceremonia de la boda. Se cuenta que Tor se echó a reír cuando le llevaron su martillo. Primero mató con él a Trym, y luego a toda la estirpe de los gigantes […] El mito puede querer dar también una explicación de los cambios de estación del año: en invierno, la naturaleza muere porque el martillo de Tor está en Jotunheimen. Pero, en primavera, consigue recuperarlo. Pág. 42






EL ENIGMA Y EL ESPEJO
JOSTEIN GAARDER
(Trad. Kirsti Baggetun y Asunción Lorenzo)
Ed. Círculo de Lectores, Barcelona, 1997



- Cada segundo la naturaleza saca flamantes niños de la manga de su chaqueta. ¡Abracadabra! ¡También hay muchas personas que desaparecen cada segundo! Como en el juego de las sillas: se empieza a jugar, y enseguida Cecilia queda fuera del juego. No somos nosotros los que llegamos al mundo, es el mundo el que llega a nosotros. Nacer es lo mismo que recibir un mundo entero de regalo. A veces, Dios levanta resignado los brazos y se dice: “Soy consciente de que algunas cosas podrían haber sido de otra manera, pero lo hecho, hecho está, y yo no soy todopoderoso”. Pág. 51

- Hoy le estaba contando una historia sobre los cuervos de Odín. Se llamaban Hugin y Munin, y volaban por todo el mundo observando las cosas. Hugin significa “pensamiento” y Munin, “mente”. Por las noches, los dos cuervos volvían a casa para contar a Odín lo que habían visto. De ese modo, Odín se enteraba de cómo era el mundo entero. Pero tenía mucho miedo a que un día no volvieran. Los cuervos eran, además, aves carroñeras que ayudaban a Odín a buscar a las personas muertas. Odín estaba sentado en medio de Åsgard en un trono llamado Lidskjalv. No era sólo el más sabio de todos los dioses, sino también el más melancólico, porque era el único que conocía Ragnarok, es decir, el gran fin que se estaba acercando. Pág. 91

- Vemos todo por un espejo y oscuramente. Algunas veces podemos mirar a través del espejo y vislumbrar algo de lo que hay al otro lado. Si puliéramos del todo el espejo, veríamos muchos más. Pero entonces dejaríamos de vernos a nosotros mismos…” Pág. 140



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