CAMINO DE TRINCHERAS







CAMINO DE TRINCHERAS
KARI HOTAKAINEN
(Trad. Ursula Ojalen y Rafael García Anguita)
Ed. Meettok, San Sebastián, 2007


- Estoy sentado en el columpio bajo los manzanos, dejando que mis pies descalzos se deslicen rozando el césped. Es media tarde de agosto: la sauna está calentándose. Pronto saldrán del coche e iremos juntos a la sauna. Antes de eso daré de comer a quien me lo ha dado todo. Pág. 7

- ¿Qué es esto? Un sueño, no.
Un sueño es una sensación dulce de la que se habla con tranquilidad, saboreando las reacciones del interlocutor. El sueño es un asunto interno de una familia, algo a lo que se quiere volver, aun sabiendo de que no será posible hacerlo realidad antes de que los hijos se hayan hecho grandes, más tarde, después de algún tiempo. Pág. 15

- Al final nos encontramos metidos en el atolladero de una amarga guerra de trincheras, yo mudo en el sofá del salón, y ella llorando en el cuarto de baño. Pág. 18

- Aquella primera generación, esos veteranos de guerra que habían construido ellos mismos sus casas y les habían dado nombre, se encontraban en ese momento en casas de servicio o residencias, comiendo papillas de frutas. Ellos no me podían echar una mano, ni se me habría ocurrido ir a pedirles ayuda. Ellos lucharon para que yo tuviera una patria independiente, dedicaron su tiempo a eso. Como herencia nos legaron frases cortas, muchas de ellas de una sola palabra, y el miedo a la mujer. Pág. 23

- La adquisición de la vivienda y su pago se habían convertido en una religión que profesaban casi todos, independientemente de su afiliación política. Los altibajos de los precios de la vivienda, el dinero negro y los altos intereses habían convertido al país, especialmente a Helsinki, en una tribu que se pasaba la vida en las escaleras del banco repitiendo el mantra relativo a la comodidad de su vivienda. Esa tribu había pagado en diez años solamente intereses por una cantidad que habría bastado para construir una nueva casa en el campo. Pág. 38

- Casa, familia, césped, sauna, porche, buzón, perro. Miré la cara compasiva de Mäkinen e hice una lista de palabras relacionadas. Casa, hijos, cortacésped, manguera, barbacoa, perro. Casa, mujer, gnomo de jardín, recibo de agua, pila de leña, perro. Casa, recuerdos, escalera de caracol, tarifa nocturna, perro. Pág. 63

- Para terminar: todos tienen césped. Todos tienen perro. Todos tienen coche de cien mil marcos. Todos tienen dos hijos. Todos tienen cortacésped. Todos tienen miedo de que venga alguien y se lo lleve todo. Pág. 84

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